El granito es un bellísimo y muy versátil materialutilizado en la construcción de diversas superficies en el hogar. En muchas cocinas, el granito es la base de las mesadas, permitiendo una limpieza práctica y una superficie ideal para el amasado.
La limpieza del granito suele ser bastante práctica, bastando simplemente pasar un paño húmedo por sobre la mesada para eliminar suciedades y polvillo. Sin embargo, si quieres hacer una limpieza más efectiva, solucionar alguna mancha avejentada o pulir el granito para restaurar su brillo original, no te pierdas estos sencillos consejos, muy útiles y fáciles de ejecutar.
Pasos para limpiar el granito
Comienza por liberar la superficie, retirando objetos y decoraciones. Repasa luego con un paño suave y seco, para retirar pelusas y suciedades sueltas. Ahora sí, ya estás listo para comenzar.
La primera parte de esta limpieza será con detergente o limpiador para la vajilla. Simplemente, colócalo en una esponja y repasa la superficie con movimientos circulares, enérgicamente, frotando por sobre las suciedades adheridas o por donde notes que no está tan lisa y suave. Luego, aclara con una esponja, embebiéndola con agua caliente. Con este paso eliminarás las suciedades simples, y desengrasarás la zona para dar el siguiente paso. Deja secar a la perfección antes de proseguir.
Analiza ahora la superficie de granito. Observa si hay partes saltadas o agujeros en algún sector. Si los hay, asegúrate de que estén bien secos, y séllalos con sellador y rellenador para granito. Este producto se aplica, se empareja con la ayuda de una espátula, y se deja secar algunas horas, según las especificaciones del fabricante.
Pasos para pulir superficies de granito
Aplica el segundo producto específico para granito: unsellador en aerosol, el cual simplemente se aplica rociándolo sobre la superficie para rellenar las perforaciones más minúsculas, como rayones y pequeños golpes que pudiera tener el granito, y que no sean visibles a simple vista.
Luego de rociar, deja actuar unos segundos, y frota en movimientos circulares y haciendo un poco de presión, usando para ello un paño suave y seco. Esto será esencial para que el granito recupere su brillo, actuando como un verdadero pulidor y abrillantador, tal y como el de la madera.
Al pulir, recuerda repasar bien las esquinas, uniones y bordes. A menudo limpiamos sólo la zona visible del granito, y esto es un gran error que sólo afea el resultado final. Utiliza hisopos y elementos alargados y finos para arrastrar el paño por zonas difíciles de acceder, y así tu granito se verá como nuevo, reluciente, brillante, y en todo su esplendor.